martes, 10 de agosto de 2010

Last Summer Dance.


Una playa desierta para no sentirse turista.



Ver por el rabillo del ojo como despierta el día y la cama se inunda de sal, disfrutar del silencio que ahoga el leve rumor del oleaje, a esa hora en la que las chicharras duermen todavía. Remar hasta a la Isla del Cocodrilo, habitada por gaviotas que se ríen de los peces y de los que no podemos volar.


Disfrutar las excursiones encabezadas por mi padre, quien como un capitán de barco (y siempre cámara en mano) nos conduce por fábricas abandonadas, casas en ruinas, castillos del miedo, molinos encantados, salinas con arenas movedizas...


Se acabaron los dias de dormir-comer-dormir. Se acabó "Pájaros a punto de volar".



¡Ahora a desperezarse y trabajar!
¡Felices vacaciones a todos!

2 comentarios:

  1. bienvenida al mundo laboral!!
    yo ya pasé esta fase... y da tanta pereza que estoy intentando convertir un viaje de negocios en sept en viaje de placer!! ;)

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  2. Ja, ja, un poco sí Ana, pero por otro lado como soy mi propia jefa me lo voy a tomar con calma estos días...Un viaje a la vista aunque sea mitad negocios-mitad placer es siempre alentador, yo ya estoy pensando sitios :)

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